Hay para quien Charlie Levi Leroy tal vez sólo sea un actor argentino. Pero no. Es un hombre multifacético en el campo del escenario, en el cine, en el teatro. Es actor, sí, desde luego, pero también director de escena y guionista, por ejemplo. Ah, y también es escritor como lo demuestran sus novelas El ángel equivocado, El último viaje y El tratado de las almas gemelas. Incluso, para no dejarnos nada importante, también ha sido y es maestro de actores y de dirección de cine. Y psicólogo, etc.
La pasada temporada de teatro madrileño, Charlie Levi la cerró con dos obras en cartel, Terapia2, que además interpretaba junto a Pablo Tercero, y La mirada interior, con Raquel Arigitia.
La mirada interior era un trabajo, para el espectador, basado en la capacidad interpretativa de Raquel, que se desdoblaba en ocho mujeres que fueron habitando sucesivamente la celda habitación 513 del Lennox Mental Hospital en Nueva York. Era un montaje a partir de un exquisito texto que nos trasladaba al eterno dilema que distancia cordura y locura, al drama social de un sistema que expulsa o encarcela a sus víctimas. Mientras que Terapia2, por su parte, continuación de un primer montaje, era un desquicio cómico, pero no sólo para reír, y mucho, sino también para reflexionar sobre las muchas cuestiones que plantea con toda crudeza.
Se inicia el otoño con, al menos, otras dos, una escrita junto a Amanda Lobo, No lugar, y dirigida por él, y la otra cuya dirección y autoría le corresponde íntegramente, In Memoriam, interpretada por Elena Gracia y Coral Igualador
Esta última, In Memoriam, se presenta contando que cuando una fantasía se convierte en obsesión, la capacidad de distinguir entre las buenas y las malas acciones se torna imposible. La Doctora y Margarita lo saben y ahora frente a frente tratan de encontrar justificación a sus actos y en vez de sentirse responsables de ellos juegan a un juego perverso de tintes surrealistas con momentos de humor ácido y cierto patetismo infantil.
Tiernas, cínicas, oscuras, ingenuas son adjetivos que aunque contradictorios se podrían atribuir a estas mujeres que se embarcan en una situación sin salida aparente. «Lo importante no es haber matado, sino estar dispuesta a morir de amor».
En No lugar, durante una hora una psicóloga y un paciente vagamente creíbles establecen una relación vagamente creíble que invita a la carcajada. Y cuando los personajes parecen haber agotado sus recursos, y el juego intrascendente está a punto de terminar, entonces algo ocurre, y la verdad se revela en toda su dimensión. A partir de ahí, los significados se multiplican.
Finalmente, la obra nos muestra con cierta crudeza la dificultad de las relaciones personales, y lo hace en el interior de la relación que más las encubre, la pareja, el poder de invención y la capacidad de crear vidas imaginarias para salir de la rutina cotidiana y del aburrimiento.
Nos anuncian que No lugar nos permite disfrutar con la creación de estos “seres ficticios escondidos tras la máscara de lo irreal”.
Que algún montaje tenga la rúbrica de Charlie Levi Leroy es sinónimo de garantía, de que el espectador se va a reír, o/y de que va a encontrar motivos para pensar sobre la vida, casi siempre con el trasfondo mental de las personas y su relación con la vida cotidiana, con los otros.
Con Kali Panoa, la asociación cultural de Collado Mediano, ya hemos asistido, y gozado, con los montajes de la temporada anterior de alguien que nos gusta tener en cuenta porque su trabajo nos parece importante, y ahora nos proponemos presenciar las actuales. Empezamos el domingo 20 visitando In Memoriam, si te quieres apuntar, súmate.
(En la primera foto, Charlie Levi, a la derecha, en la película Casino Royale. Las otras son los carteles publicitarios de las obras que se representan actualmente)
He tenido el placer de descubrir recientemente a Charlie Levi Leroy como director y he visto varias de sus obras como No Lugar, In Memoriam y Creo en Dios. Esta última la vi este mes en la sala La Nao 8 y me sorprendió gratamente el ritmo de la obra y la cercanía con las actrices que permite esta pequeña sala de teatro.