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El arte insumiso (Los últimos años del artista: afterimage)

Andrzej Wajda es uno de los nombres importantes de la historia del cine, uno de los más grandes representantes del cine del Este. Ahora se estrena Los últimos años del artista: Afterimage, terminada el año pasado, apenas uno meses antes de fallecer. Retrata el último período de la vida de una importantísimo pintor polaco: Wladyslaw Strzeminski, poniendo el foco en el trato que sufrió por parte del régimen estalinista que gobernaba entonces. Siendo preciso recordar que Wajda también padeció las inclemencias del régimen estalinista.

La película no ha tenido muy buenas críticas: «Un retrato interesante, a pesar de algunos brochazos rudimentarios (…) A sus 90 años, la metodología cinematográfica de Wajda inevitablemente chirría (…) Un drama respetable pero algo monótono (…) los personajes tocan la misma nota una y otra vez (…) El mensaje es plano, incluso algo evidente (…) Una obra menor: un drama esquemático y monótono».

A mí me ha gustado, asumiendo que no hay duda de que es algo plana y algo monótona. Me parece que cumple sobradamente con la intención de su director, lo que no quiere decir que no se hubiera podido hacer una obra más rica, más cuidada en el guion.

Strzeminski contribuyó a conformar uno de los movimientos vanguardistas más importantes de la primera mitad del siglo XX: el constructivismo y, junto con éste, su teoría del “Unismo”. Strzeminski sirvió con el ejército ruso durante la I Guerra Mundial, donde perdió un brazo y una pierna por una explosión de mina. Al volver empezó a trabajar como pintor, volviéndose en el prolífico artista y pensador que se conoce hoy día. Fundador del Museo de Arte Moderno de Lódz, donde daba clases, magistrales, abarrotadas de estudiantes, y había una sala dedicada exclusivamente a su obra.

Lo que más me atrae de la película es el enfrentamiento que describe entre el arte y el poder, más allá de la anécdota. El poder totalitario, y cualquier poder lo es, no puede permitir el desarrollo del arte, de la creación. Se sirve de él mientras se muestre sumiso, complaciente, pero en cuanto discute, no sigue las reglas, etc., va a por él hasta destruirlo. Lo sabemos perfectamente aquí, en nuestro tiempo, ahora, y lo conocemos de los tiempos anteriores, y en otras latitudes. Y en la película se van tomando medidas contra el ser libre, dejándole solo, a cada momento más graves, alterando incluso la historia y el sentido de justicia más elemental, más demoledoras, hasta aniquilar su vida, físicamente.

Lo que sería crucial saber, y yo ignoro, es si ese último período de la vida del gran pintor fue como nos lo cuenta Wajda.

Sorprende, sobre todo porque se presenta la película contando que el pintor luchó contra la ortodoxia estalinista. En 1948, cuando Stalin pone sus manos sobre Polonia, Strzeminski se niega a comprometer su arte con las doctrinas del realismo social, eso es lo que se cuenta en la cinta, perseguido, es expulsado de su puesto en la universidad, se le borra de los muros de los museos. Y él mantiene sus ideas y sus convicciones contra viento y marea. Pero lo que al menos cuenta la película es que se va quedando solo, si hace algo es animado por sus alumnos. No es cierto que luche contra el Partido, por mucho que se convierta en símbolo de una resistencia artística contra la tiranía intelectual. Sólo es eso, resistencia, que ya está bien, no voy yo a quejarme de eso. Pero su actitud resulta, sigo diciendo que al menos en la cita, muy pasiva, muy de dejarse hacer. Parece muy increíble que un hombre que alcanza la notoriedad como artista que logra Strzeminski, no reaccione y no busque la solidaridad de colegas internacionales, la complicidad de parte de sus gentes de alrededor. Aunque entiendo la confusión, el schok que tiene que representar verse de repente excluido de todo, apartado, sin dejarle siquiera tener un trabajo para sobrevivir.

Un hombre, además, que es doblemente mutilado, sin un brazo y sin una pierna, lo que todo se le complicaba muchísimo.

En todo caso, esta película es importante, estrenada tras el fallecimiento del gran cineasta, hay que verla, y hay que gozarla, y hay que discutirla, y después hay que parapetarse contra todo tipo de tiranía que niega el arte.

Tráiler de la película

 

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