La perspectiva de que el mundo cambie a mejor, siendo realista, es mínima. El camino parece lleno de trampas puestas por el dinero y por intereses turbios y hasta podridos. Que suceda algo que nos acerque a un futuro mejor en nuestro país, es cada día más improbable. A pesar de la ilusión y la entrega de tanta gente buena que sí cree en un mundo mejor y que trabaja cada día por ello, en esta tormenta tremendamente amarga y cruel. Tal vez lo que ha pasado en el PSOE se explique porque «lo que pasa es necesario».
De joven yo creía en el hombre nuevo: libre, independiente, consciente, solidario, etc., que en realidad entendía a mi manera. Y efectivamente se ha construido uno nuevo, lo malo es que no tiene nada que ver con aquél, es muy viejo pero muy exagerado. Un ser aborregado como nunca lo ha estado, miedoso, conformista, consumista, egoísta, sumiso, desclasado (porque aunque nos quieren engañar sabemos que nunca ha dejado de haber clases ni lucha entre ellas), etc. Y esto cada vez va peor.
A mí no me gustaba que se gritara que «PSOE, PP, la misma mierda es», yo no lo hice. Porque he mantenido contracorriente, aunque sin mucha convicción, es verdad, que el PSOE era otra cosa, que había matices, por su historia, por sus actuaciones como gobierno imposibles en manos del PP, por la parte esencial de su militancia. Un partido de centro, siempre mejor que uno de derecha, y hasta de la derecha franquista como el PP. Un PSOE que ha marcado algunos avances sociales, aunque no se ha preocupado nunca de debilitar los bastiones de la reacción.
Se dice cómo fórmula certera que el golpe de estado en el PSOE ha venido de la mano del IBEX35, ejecutado a la perfección por los barones y pro hombres privilegiados. Puede tener algo de exageración, o no. Pero es una manera de explicar que ha ido virando desde la decisión de Zapatero de modificar por su cuenta (y la del PP) la Constitución, hacia la defensa sin matices de los intereses de los poderosos, como defiende Felipe González, cumpliendo su papel de asalariado de una transnacional y partícipe del stablisment más conservador y troglodita, al igual que tantos otros socialistas a nómina de las grandes corporaciones.
Quieren hacernos creer que no había otra opción que terceras elecciones o que Rajoy siguiese siendo presidente. Mentira, y de la gorda. Pero ni siquiera Pedro Sánchez ha estado a la altura de las circunstancias concretando esa tercera opción, al alcance de la mano, que representaba un gobierno con Podemos y abstenciones hasta ser necesarias, que había de sobra. Y que por una maldita vez que nadie me salga con lo de ¡nunca con nacionalistas, independentistas, etc.!, porque es una jodida excusa barata para echarse en las manos del imperialismo económico que está torturando a nuestra sociedad desde hace años, y que lo va a seguir haciendo in crescendo en los venideros; como sufriremos.
Parte del poder dirigente del PSOE ha maniobrado de la peor manera, sucia y a espaldas de su militancia, con un rocambolesco golpe de mano, para llevar a cabo la Gran Alianza que muchos imaginábamos en camino. Ya está hecho. Se acabó la alternancia para que todo fuera parecido pero con matices, a partir de ahora se trata de que sea idéntico con uno o con otro porque sólo se tienen ellos… y Ciudadanos, claro, que es lo mismo pero es igual. Mientras hay que dedicarse, unos y otros casi por las mismas razones, a destruir ese forúnculo que les ha salido en el culo y que se llama Podemos; naturalmente mucho mejor y más fiable si lo hace el PSOE como el títere en que se ha convertido, que el Gran Partido del Orden y el Sentido Común y la España de los Mucho Españoles de Don Mariano Rajoy.
Si ahora la izquierda no hace el idiota, y habiéndose esclarecido un panorama que dejaba al PSOE un lugar, incómodo, pero un lugarcito al fin y al cabo en el centro izquierda que ha perdido, tiene que recomponerse en el sentido de ser clara, implacable, realista, unitaria y muchas otras cosas que la gente necesita.
Nos provoca tristeza morriñosa la desaparición del PSOE como partido que conservaba cierto aire de partido de progreso. A otros nos provoca susto porque no sabemos hacia donde se inclinarán quienes hoy se han quedado huérfanos. A los de más allá hoy se nos ha revuelto el estómago porque hemos presenciado el final preconcebido y perfectamente diseñado de una operación repugnante que traiciona a la mayoría de los militantes y a los votantes del PSOE. Incluso a los demás nos ha dejado muy, pero que muy cabreados porque lo que ha terminado haciendo hoy el PSOE nos complica mucho más la vida, nos la va a poner mucho más difícil y hasta más dramática. Y a nuestros hijos e hijas. Porque el PSOE ha apostado, como nos venía pareciendo que iba a resolver, por seguir haciendo más ricos a los ricos y más pobres a todos los demás, junto al PP. Y sí, a lo mejor es un mensaje podemita (como dicen algunos), pero es una realidad reluciente que cada día uno comprueba en la calle o en su propia casa, y lo va a seguir haciendo gracias a ese partido que ya no puede decepcionar más, ni un ápice más. Y Podemos, o mejor Unidos Podemos, es la única opción que los de abajo tenemos para depositar la esperanza y la ilusión; esperemos que muchos sean conscientes, y que ellos lo tengan en cuenta como no lo han tenido hasta ahora.
¿Decepción? Lo único que me salva de caer en ella por completo es que siempre se aprende algo. Y reconocer con nitidez la realidad, siempre es un buen punto de partida.
Ayer asistí en la Librería de Herminio a la presentación de un libro. Me gusta mirar los libros antiguos y llamó mi atención uno pequeño, del siglo pasado. Lo estoy leyendo y cuanto está pasando parece que lo sabía. 0jalá esté equivocado el autor en el resto del texto.Ya os contaré cuando termine de leerlo.Pero parece que, aunque esperaba un final del SOE desde que apereció Felipe González, pensé en el libro antiguo, su contenido y su autor.