Hoy también desayuno con Grecia en el corazón, ante la noticia de la convocatoria de referéndum, ante la decisión totalitaria de los jefes europeos de desentenderse del país por su decisión. Grecia nos da un ejemplo, nos alecciona en el camino que tenemos que seguir si queremos mantener la cabeza alta y que nuestro pueblo se defienda de la injerencia extranjera, revitalice su soberanía.
Los medios de comunicación, bien aleccionados, nos invocan el caos que puede llegar si Grecia hace esto o lo otro, incluso si apenas lo que hace es ser demócratas y el gobierno cuenta con el pueblo para tomar una decisión trascendental.
Sí, la cuestión es muy complicada. El monstruo de siete cabezas del mercado y de sus gobiernos títeres, anda estos días enfurecido porque alguien ha dicho que basta a que se le dicte cómo tiene que gobernar a su pueblo.
Porque eso es lo que se está dilucidando estos días con Grecia, no se trata de si la prima de riesgo sube o la bolsa baja o el euro cae en bancarrota. No, lo que está en cuestión es la democracia (que tanto ensalzan algunos de boquilla). La soberanía de los pueblos (pisoteada en todas las latitudes). La no supeditación a las grandes empresas y a los grandes bancos que han impuesto sus reglas y sus representantes en las instituciones europeas.
Alexis Tsipras, el primer ministro griego, en su discurso para convocar un referéndum para saber si su pueblo acepta o rechaza la oferta de los acreedores, ha dicho cosas de esta índole:
“Ni por un momento pensamos en rendirnos y traicionar vuestra confianza”. “Ante el chantaje del ultimátum (…) os pido que respondáis de manera orgullosa y soberana, como la historia del pueblo griego lo demanda”. “Ante el autoritarismo y la austeridad inflexible, responderemos con democracia, en calma y decisivamente”. “Grecia, la cuna de la democracia, enviará una respuesta democrática resonante a Europa y a todo el mundo”. “Estoy personalmente comprometido a respetar el resultado de vuestra elección democrática, cualquiera que sea”. “Estoy absolutamente convencido de que vuestra decisión honrará la historia de nuestro país y enviará un mensaje de dignidad al mundo”. “En estos momentos críticos, todos debemos recordar que Europa es el hogar común de los pueblos. En Europa no existen dueños e invitados”. “Grecia es y seguirá siendo una parte integral de Europa, así como Europa es una parte integral de Grecia. Pero sin democracia, Europa será una Europa sin identidad y sin rumbo”. “Un ultimátum que es contrario a los principios fundacionales y a los valores de Europa, los valores de nuestro proyecto común europeo”. “Estas propuestas violan directamente los derechos sociales y fundamentales de Europa”.
La reacción de las instituciones europeas ha sido negarse a continuar con el apoyo financiero al país heleno, porque su sentido de democracia no conjuga con las necesidades y las reivindicaciones ciudadanas ni, por tanto, con la participación de la gente. Mientras que los griegos parecen no aceptar el papel de esclavos impuesto por los jefes de las empresas multinacionales y de los poderosos bancos que marcan el rumbo de nuestras vidas a su capricho y para su beneficio.
Aquí todo parece que es una cuestión financiera, que prestan dinero y que luego lo quieren cobrar. Pero ¿y las condiciones complementarias? Los países, y nosotros los españoles también lo sabemos, tiene que hacer reformas del gusto de los poderosos, y qué curioso que vayan todas en el mismo sentido: abaratar el despido, dejar sin derechos sindicales a los trabajadores, recortar las prestaciones sociales, privatizar los servicios públicos y sus empresas, etc.
Y entonces los políticos de turno, se doblegan y hacen lo que nos hizo Zapatero modificando a tal objeto la Constitución, o lo que lleva haciendo Rajoy desde que llegó a la Moncloa, adoptar todas las medidas en la línea marcada.
Pero hay otra manera de comportarse en esta crisis de ellos, y que dignifica la política, la que están protagonizando Varufakis y Tsipras, diciendo “¡Basta ya!, son los pueblos los que tienen la decisión en sus manos”.
Lo terrible es que Grecia, haciendo Historia, esté sola en este reto que va a marcar el futuro de las próximas generaciones. Incluso el Podemos de Pablo Iglesias ya se distancia en razón a sus cálculos electorales, diciendo que no es la misma situación la de los dos países. En lugar de gritar, obviando esa verdad, que Syriza marca el camino a seguir: el de la dignidad, el de la soberanía ciudadana, el de la exigencia de un trato igualitario, el de la atención prioritaria a los desfavorecidos en cualquier negociación.
Mientras, los medios de comunicación engañando, mintiendo, falseando la realidad, focalizando en lo que les interesa a los poderosos y no en lo que interesa a la gente. ¿Por qué si en Grecia se está haciendo tanto daño y tan mal se toman las decisiones, son cada vez más los griegos que apoyan a su gobierno? ¿No será porque las medidas internas van en el buen sentido de mejorar sus condiciones de vida? Esas medidas que aquí parece no interesarnos porque sería alentar su ejemplo y arriesgar aún más en el próximo resultado electoral.
¡Grecia, aguanta!
Gracias por decirlo, Víctor.
A veces me creo que sólo son ideas raras mías.
No sabes el bien que haces diciéndolo.
Gracias Victor.
En otro escenario, lo que están haciendo con Grecia, se parece muy mucho a la dejación que hizo Europa con el gobierno y con los ciudadanos que sufrieron durante la Guerra Civil. Después también.
Apoyar a Grecia, es apoyar al resto de los ciudadanos. no solo en Europa.
Apoyar a Grecia y otras políticas es apoyar que las fronteras caigan y puedan entrar miles de desplazados que puedan encontrar la paz y la vida que perdieron por guerras que ha creado occidente.
Gracias! se puede decir más alto pero no más claro, rotundamente de acuerdo