La 4ª edición de la Universidad Socioambiental de la Sierra se cerró en la Casa de la Cultura de Villalba con una mesa redonda que respondía a la pregunta de ¿qué hacer en la sierra ante las próximas elecciones municipales? El tiempo destinado para el acto por la organización, a cargo de la Coordinadora Salvemos la Sierra, quedó cortísimo ante las ganas de exponer y discutir ideas, comentarios, proyectos, sueños de cara a esa jornada para la que queda ya menos de un año y que abre la expectativa de un verdadero cambio institucional.
Tomás Alberich, Michael Harris, José Luis García, Juan Varela-Portas, Cecilia Salazar Alonso y Ángel Álvarez Escarpizo se sentaron en la mesa, no como representantes de los partidos o/y movimientos sociales en los que participan de manera activa desde hace años, sino como personas con un bagaje especial que hace muy valiosa su opinión. Es verdad que podrían haber estado sentadas otras, pero fueron las que en la coordinadora se consensuaron y que cubrían un amplio espectro, muy representativo. Tanto sus intervenciones como, en general, las de quienes lo hicieron luego, fueron verdaderamente jugosas, sugerentes y complementarias.
Yo no voy sino a hacer mi propia reflexión provocada por el tema, aunque aprovechándome seguramente de algunas de las muchas cosas valiosas que se oyeron en el acto.
No parece haber duda en que el resultado de las elecciones europeas abre un importante margen para la esperanza, advirtiendo que las municipales del próximo mayo pueden resultar decisivas para dar un vuelco a la situación institucional, y un giro a la correlación de fuerzas políticas, a favor de las que representan la indignación y las necesidades de las clases populares, de la ciudadanía, de la gente.
Y que ese cambio se ve mucho más que probable lo demuestra el miedo de nuestros gobernantes, que ya están maniobrando para blindar sus privilegios, estudiando qué medidas tomar y qué leyes hacer para no sólo usar la represión contra el movimiento rebelde, como llevan haciendo, intensificando sus campañas de intoxicación, sino para crear otro marco legal que siga coartando la democracia para permitir su permanencia en las poltronas. Lo que anuncia un tiempo muy duro, salvaje incluso, en que los poderosos van a poner todos los instrumentos a su alcance, que son muchos, para impedir que le arrebaten lo que han tomado como chiringuito propio.
Sea como fuere, el camino es el marcado por la candidatura Guanyem Barcelona o lo que podría ser Ganar Madrid que parece haberse iniciado en Municipalia; es decir, el que conduce a la unidad de las fuerzas populares, de los partidos, de los movimientos sociales, de las personas con conciencia, etc. Como tal vez única opción para lograr ese triunfo tan imprescindible. Y parece que así lo van viendo los que están a la izquierda del PSOE, aunque sí incluyendo en esa aspiración transformadora a la base social de ese partido, descontenta con su papel de sostén del golpe de estado que protagonizan los mercados.
Lo que se está haciendo ya es hablar sobre la manera de unirse y en torno a qué. Y en este punto ya me quedo donde más me interesa, en mi pueblo, en mi región.
Y aquí, donde la mayoría del PP es más pesada, más abrumadora, más caciquil, esa candidatura única es aún más indispensable, y que se gane la base social del PSOE, igualmente necesario, si pudiera ser incorporando a sus propios militantes que en lo municipal tiene otra perspectiva. Sin embargo, viajando a cada municipio, nos encontramos con serias dificultades dado que nos conocemos todos y el trabajo que muchos han hecho tal vez los incapacite para cualquier tipo de conversación y acuerdo. Sobre todo porque cualquier proyecto ha de estar sustentado por bases nuevas, por las que hemos aprendido en estos últimos años: transparencia, comportamiento asambleario, programa elaborado colectivamente a partir de las necesidades y opiniones de los vecinos, impulso de la participación, y también una modificación radical en el funcionamiento de los concejales electos: carácter rotatorio, rendición de cuentas pública y regular ante los electores, revocabilidad, etc., que no permita su corrupción, apoltronamiento y burocratización, que tanto daño ha hecho.
Ya contamos con algunas experiencias en la comarca de afán unitario, que incorporaba algunos de esos planteamientos, me refiero a Los Molinos y al Boalo-Cerceda-Matalpino, de las que tenemos que aprender, y en otros como los Escoriales o Alpedrete ya han empezado a trabajar en la construcción de esa plataforma de nuevo cuño.
No va a ser fácil. Es más, va a ser muy complicado, y va a provocar una guerra, una guerra, porque los que se consideran dueños de todo se van a insurreccionar a nivel del estado y en cada uno de los pueblos. Pero en resolver positivamente el reto, el perseverar de manera decidida y valiente, nos va que continúen saqueando y degradando nuestro país con nosotros dentro, o que demos un giro que nos permita como ciudadanos recuperar lo perdido y avanzar en la consecución de una sociedad más justa, más igualitaria, más responsable, más libre y más feliz.
Hará falta, por tanto, dejar atrás personalismos, dogmas, convicciones superadas por la realidad, teorías y prácticas caducas; y demostrar en cambio una mirada amplia, limpia, sensata y decidida por la transformación radical del funcionamiento y la política de cada municipio.
En esa senda nos encontraremos.