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Mi Manolo Tena y el Elígeme

Aquella noche lloré por Manolo Tena. Sería el año 87, o el 88. Yo estaba junto a la barra del Elígeme, él actuaba. Había llegado muy tarde y muy, muy colocado, yo, de entrada, muy nervioso y preocupado. Me temía lo peor. Y así fue, deambulaba sin control por el escenario, se tropezaba, estaba siempre a punto de caerse. No recuerdo, tal vez las lágrimas no me dejaron ver más, si llegamos a suspender. Sí que la banda tocó sola varios temas. Yo quería a Manolo, le quise siempre. El día de su muerte volví a llorar por él, una vez más, porque se ha ido sin que cumpliéramos con una cita que teníamos pendiente.

Sí, llegó un momento en que Manolo y yo tuvimos un desencuentro, y aunque siempre deseaba tener la oportunidad de aparecer ante él y pedirle un abrazo, uno de aquellos que nos dimos tantas veces, no ha sido posible.

Nada más presentarse en la sala le dije que tenía el escenario para él. Aquel tipo que conocía de Alarma y me encantaba, aparecía tímido, tierno como siempre, con esa poquita voz que le ha caracterizado en su genialidad. Pero no iba a ser con Alarma como se subiera al escenario del Elígeme, que es lo que yo pensé en un momento, como habían subido COZ o algún otro clásico; la primera actuación de Manolo Tena en solitario fue allí, en la casa de tantos artistas.

Muy pronto surgió lo de la discográfica. Porque finalmente Joaquín Sabina estuvo dispuesto a lanzarse a la piscina con Pedro y conmigo, aunque para bien poco rato, sólo para dejarnos nada más empezar ante los lobos, y desarmados, endeudados.

Porque la primera intención fue que sacáramos a Javier Krahe. Por supuesto, era un gran deseo enteramente compartido, y lo preparamos para que fuera una grabación en directo (la parte que puso Joaquín fue directa e íntegramente para pagar la grabación). Pero en una comida famosa, que cambió el curso de muchas cosas, a mí se me ocurrió proponer sacar dos discos al tiempo, y que el otro debía ser algo que se saliera de la línea de cantautores que tanto nos marcaba. Y saqué a relucir el nombre de Manolo Tena. Automáticamente el gesto de Joaquín cambió, respondió que era una magnífica idea, que no podía haber mejor elección que ésa, pero que él dejaba la discográfica. Yo le dije que eso era una burrada, que buscásemos una alternativa, etc. Pero no dio su brazo a torcer. Nos dejó y también sacamos a Manolo Tena, su primer Lp en solitario: Tan Raro. La razón de Joaquín la explico en la parte dedicada a Elígeme Discos de esta web.

Como Elígeme Discos lo acompañamos de una oficina de representación, también nos ocupamos de Manolo como artista, y le conseguimos algunas actuaciones, en las que siempre nos hacía sufrir hasta que aparecía, sin saber en qué condiciones llegaba. Pero  siempre lo conseguía, y salía, y era de los artistas que llenaban el escenario, y cantaba con esa voz quebrada con la que se ganaba a la gente, y nos seguía enamorando.

La batalla más dura, de todos modos, no fue con él, sino contra todos los demás. Contra los que no querían saber nada de él, ni periodistas musicales, ni programadores. Fue dificilísimo conseguir las cosas que logramos, que no nos sirvieron de mucho. Se hacía cuarentena radical cuando se trataba de Manolo Tena. La había cuando le acogimos, la hubo después, y creo que la ha habido siempre, salvo si alguien pensaba que le podía sacar algo.

Me acuerdo mucho de las conversaciones con Rafael Revert, el creador y amo de los 40 Musicales de la época. El orden se vendía, es decir, dependía del dinero que se metía en publicidad, además de las comidas, etc., ponerte en uno u otro número. Yo iba con los bolsillos pelaos y además con un drogadicto reconocido. A él y a Javier Batanero los conseguí colar entre los diez primeros. Fue un regalo de Rafael, porque le caíamos bien. No recuerdo hasta qué puesto llegaron.

Entonces propuse a Manolo que se fuera a México, allí yo tenía familia relacionada también con la música y seguro que le echarían una mano, y de entrada tendría casa y comida. Y así hizo. Lo contactaron con gente de CBS internacional, se fue a Miami, y esa fue ya otra historia.

Le quise y pelee por él, eso nadie me lo puede quitar. Y, tal vez por ese sobreesfuerzo muchas veces me duele que quien habla (sobre todo en medios) no se acuerden de que su primer disco en solitario fue el Tan raro que grabó en Elígeme Discos, como hace poco recordaba en las redes Nuria Pérez, con quien tantos recuerdos comparto.

Manolo Tena ha sido un grande, otro de los que se han ido demasiado pronto; con nosotros queda su voz.

 

 

 

 

1 comentario en «Mi Manolo Tena y el Elígeme»

  1. Últimamente, porque tantos de aquella época se están yendo y miles de recuerdos afloran, se me revuelven los sentimientos y siento morriña de mi vida anterior, ahora que ya me había acostumbrado a ésta de ahora.
    Un abrazo, Víctor.

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